Ojo por diente consists of a sculptural project which debates the ultimate relationship of naturalization of social forms. It emphasizes on the aesthetic sense of cultural history in relation to the deterioration of an object’s function, in this case, the building. In Ojo por diente, the artist finds the means to present a junction between forms that are shown precariously and are lost in the air, without revealing at first sight– if they were fingerprints of civilization, allegorical fragments, or objects of cultural or biological ruins.
Rasgado presents a project with a paleontological nature, in which ancient geometric and architectural forms converge with figures of a geological or human appearance. These figures simulate mutilated body parts that make it hard to distinguish if they are sculptures made of dust or human parts buried in waste.
In an archaeological effort, this sculptural project treats the pres- ent like a continuum, an appearing-and-disappearing cycle where things that can leave a trace or simply vanish into thin air.
Willy Kautz
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⎖Exhibition text
⎖Exhibition Catalogue published by OMR Gallery
“La alegoría es, en el dominio del pensamiento, lo que las ruinas en el dominio de las cosas.”
Walter Benjamin
“La historia cultural como marco de las transformaciones arquitectónicas, puede entenderse como un flujo de formas predestinadas a su eventual decadencia, como si las tipologías fueran una consecuencia natural de los órdenes sociales, económicos y políticos. […] Ojo por diente, un proyecto escultórico de Pablo Rasgado, guarda estrecha relación con estos debates acerca de la “naturalización” de las formas sociales. Más que una alusión a la lucha entre los fuertes y los débiles, esta instalación in situ aborda el sentido estético subsecuente a la historia de la cultura en su relación con el desgaste de la funcionalidad de los objetos, en este caso, los inmuebles. Con Ojo por diente el artista propone un juego entre formas que se exhiben precariamente, y que desaparecen en el aire sin dejar claro a primera vista si se trataba de huellas de lo civilizatorio, fragmentos alegóricos, o bien, objetos intersticiales que pueden ser tanto vestigios culturales como biológicos.
El tema del proyecto tiene como fondo los procesos de transformación de las formas, consecuente de la irrupción de una nueva función sobre otra decadente. Estos procedimientos históricos tienen mayor visibilidad en el contexto de las transformaciones arquitectónicas, tal como fuera el desmantelamiento de los templos antiguos. […] Esta problemática de pérdida de identidad de lo cultural y lo natural, es equiparable a la manera en que Pablo Rasgado reutiliza los restos de un inmueble en remodelación para la creación de formas de apariencia fósil, que eventualmente se transformarán nuevamente en escombro.
[…] El título del proyecto, Ojo por diente, hace referencia al enunciado bíblico “ojo por ojo, diente por diente”, que significa que cada cosa tiene su equivalente, aunque no se muestra en este caso en sintonía con esta dialéctica moderna que opone la cultura a la naturaleza en procura de una síntesis estabilizadora. Los procesos de naturalización del hecho cultural articulados por esta propuesta artística, es decir, el modo en que ésta se refiere a los procesos de “eternización” de la mercancía inmobiliaria en su conversión en fósil, son señalados como consecuencia del desgaste de la funcionalidad. Más que establecer equivalencias, la obra de Rasgado supone el tránsito de uno en otro, en lugar del abandono de lo cultural y lo histórico al orden natural y su eventual conversión en ruina por su desgaste entrópico.
[…] A modo de estrategia espacial de sitio específico, las series de esculturas perecederas que moldea el artista a partir de los escombros retirado de los “excesos” del edificio, son producto de factores intrínsecos, es decir, estimulados internamente desde la operatividad de la misma galería.
[…] Rasgado propone un proyecto de carácter paleontológico, elaborado con base en formas geométricas y arquitecturas de carácter antiguo, como también figuras de apariencia geológicas y/o humanas. […] Al igual que la descomposición de los sólidos en los procesos entrópicos, las esculturas se transmutan en otras para crear una narrativa de encadenamiento temporal entre signos que se hacen y deshacen en otros a partir del mismo material. Esta disposición, por ende, sucede de forma análoga a los procesos naturales y culturales, así como estéticos, sociales y financieros, en la medida en que las esculturas de apariencia fósil no se petrifican en la “eternidad” natural, sino más bien se constituyen con base en factores temporales. En el intersticio consecuente del devenir de un sólido en otro dentro de los procesos arquitectónicos, tal desencadenamiento de formas escultóricas funciona como un escaparate fenomenológico intermitente de figuras que se disuelve sucesivamente en el aire, es decir, en su calidad de escombro inutilizable.
En su afán arqueológico, este proyecto escultórico trata el presente como un continuum, un aparecer y desaparecer de cosas que pueden tanto dejar su huella, como simplemente evaporarse en el aire.
[…] La reflexión sobre el valor, puesta en operación en la obra de Pablo Rasgado, tiene que ver con el sentido de la forma, con su aparición como deshecho, o bien, como la reconfiguración del desecho insignificante en forma artística. Fruto de la actividad estética de la constatación del sentido de la forma, sus esculturas sobrepasan el valor de lo utilitario, al tiempo que son el último vestigio del excedente, el cadáver de aquello que alguna vez fue útil antes de su evaporación. En su formación estética, sin embargo, los detritus cobran otro sentido: más que una acumulación de ladrillos y tablaroca, se trata de apariciones escultóricas que forman un registro fotográfico de su misma aparición. Su precariedad, sin condición alguna de petrificarse en el decurso atemporal de la historia natural, es un simple fragmento melancólico, sin estructura, sin solidez, sólo una imagen fugaz entre los flujos del desvanecimiento de los sólidos.
A modo de una paleontología ficticia, Ojo por diente da sentido a formas de carácter “fosilizado”, como si fueran huellas fantasmales, pero sin soporte, sin referente físico para constatar empíricamente el decurso de la desintegración del objeto o del cuerpo. Estas imágenes escultóricas aparecen como provenientes de “rocas sedimentarias”, como si el escenario ruinoso de una galería de arte en remodelación habilitara el sentido de estos hallazgos. Pero, como es evidente, estas formas creadas con la textura terrosa del tabique bermellón, asumen también la fisonomía de un sólido, la petrificación de lo natural a modo de huella de seres de otros tiempos, pero que no son ni siquiera fantasmas, puesto que no son registros que corresponden a algo que tuvo un pasado cultural antes de convertirse en vestigio. Por lo tanto, la estructura dialéctica de lo cultural/natural se disuelve […]”
Willy Kautz
Codigo Redaccion
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⎖ Revista Codigo [21 de octubre de 2013].
Pablo Rasgado, Ojo por diente
La serie de esculturas que presentas en Galería OMR parece traer a la sala de exhibición el proceso natural de desgaste de los inmuebles y los individuos que forman parte de una civilización. No obstante, el título hace referencia a un proceso más violento que el paso del tiempo. ¿Se trata de procesos opuestos? ¿Es tu intención hacer referencia a ese contraste?
El paso del tiempo es violento, aunque en algunos casos posea una temporalidad de mayor aliento. Todo sujeto u objeto por igual —e incluso aquellas cosas construidas para perdurar pese al paso de los siglos, como la arquitectura— experimentan cambios inmanentes en su forma, función y concepción histórica. Cual castillos de arena. Castillos de cal grava, ladrillo y arena.
En otras piezas has abordado la materialidad de la arquitectura y su relación con el espacio y el tiempo. Esta vez, los cuerpos humanos parecen mostrarse como un vestigio arquitectónico más. ¿Buscas hacer patente alguna similitud en ese sentido?
Vivimos en un mundo compuesto de estructuras, ya sean sociales, biológicas, lingüísticas o espaciales, y es interesante pensar cómo esas estructuras son delimitadas por sus habitantes y viceversa. Esto da como resultado un organismo (uso la palabra organismo desde la amplitud del término que bien puede referirse a moléculas, personas, instituciones o ciudades) permeado por las acciones que se llevan a cabo dentro de sus esqueletos, paredes, etc.
Las edificaciones pueden decir mucho de aquellos que las habitan. La forma del espacio es definida en función de las acciones que se llevan a cabo dentro de sus muros y los cambios que suceden a esas estructuras semi-estables cuentan de las facetas que experimentan aquellos que viven el espacio. No hablo de manera figurada, la relación es muy clara, directa entre estos cambios y los cambios que experimenta un organismo.
En tu serie Arquitectura desdoblada, convertiste fragmentos de muros museográficos en ruinas o rastros que se ensamblaban para crear composiciones pictóricas. En Ojo por diente, las ruinas vuelven a hacer su aparición. ¿Hay alguna continuidad entre estas dos series?
Es importante entender que no es mi intención ni mi procedimiento el convertir nada en ruina. En el caso de Arquitectura desdoblada y esta exposición Ojo por diente, la situación ruinosa de los espacios estaba presente ya. Pero debo admitir que tengo cierto interés en esta condición ruinosa y estos dos proyectos que mencionas reflexionan sobre los despojos de nuestro pasado más reciente.
Las piezas de Ojo por diente parecen evaporarse en el aire. Pese a representar cosas que habitualmente asociamos con perpetuidad y permanencia, tienen una apariencia de inestabilidad y de fugacidad. ¿Cuál es tu intención al desplazar de este modo las ideas de permanencia e impermanencia?
Dentro de esos procesos que suceden a un espacio no hay nada sencillo, la permanencia y la fugacidad son sólo fases de ese cambio constante y dependen enteramente del momento histórico en el que uno se posiciona.
El que las esculturas estén hechas de arena hace que no sean sólo una representación de los procesos de desgaste, sino que éstos sean visibles y sucedan en la galería. ¿Es tu intención que los visitantes noten los efectos de su presencia sobre las piezas?
Las esculturas que componen la muestra son figuras inestables que, al no poseer aglutinante alguno que mantenga la forma, seguirán cambiando a medida que el tiempo de exhibición avance. Me gusta esta idea de una exhibición en la que el objeto no está quieto, que continúa creciendo, acumulándose y mutando durante esos meses en relación a una situación que atañe al espacio, en esta caso la remodelación de las salas de exhibición. Ésta es una exposición donde la secuencia narrativa sucede durante un tiempo más largo y las sutilezas (muchas de ellas violentas) dentro de la muestra serán notadas solo por el espectador atento que no se contente con una sola visita y se vuelva partícipe de esa constante mutación del espacio y de la obra misma.